sábado, 1 de septiembre de 2007

La responsabilidad de ser teacher



Para los que no saben, yo soy "ticher" de inglés y trabajo aproximadamente 32 horas a la semana y me gusta lo que hago, por algo estudio licenciatura en lenguas aprox. 18 horas a la semana ( séptimo semestre).

Últimamente he pensado mucho en el impacto que puede tener uno como profe sobre sus estudiantes y también he reflexionado sobre las diferentes cosas que uno muchas veces deja de hacer que son importantes en un salón de clase.
Leí un artículo en una de mis clases de Daniel Samper Pizano llamado "Los dulces tiempos escolares ocultan situaciones tremenas" y me dejó pensando. Uno como compañero de clase cuando es niño tiene la capacidad de destruir a un niño con una palabra y cuántos de nosotros no fuimos Gerarditos (encontrar referencia en el artículo), pero también uno como profesor puede hacer mucho al respecto.

Los profesores cometemos mucho el error de distanciarnos tanto de nuestros estudiantes que no nos damos cuenta cuando nos están gritando en silencio que necesitan una motivación, o que hoy no fue un buen día, o que están indispuestos por X o Y, o que la novia o novio les terminó etc. No los motivamos, no nos preocupamos.

Uno como persona está comunicando todo el tiempo con gestos, posturas, palabras o silencios y a veces nos topamos con personas que saben leernos y dicen la palabra precisa para hacernos sentir bien. Yo creo que nosotros como personas debemos ser más observadores con las personas que nos rodean.

Volviendo al tema, hoy me pasó algo curioso y es que una de mis estudiantes Sofía, que tiene por ahi 10 años, (yo enseño los sábados a niños) a la hora del break, se sentó al lado mío y me cogió el brazo de gancho y recostó su cabeza sobre mi hombro. Ahí lo que yo hice fue abrazarla en forma de respuesta. No soy una experta en el análisis del discurso no verbal, pero yo creo que ella estaba pidiendo afecto por su expresión corporal. Y ésto es algo que me dejó un poco pensativa porque yo creo que hay muchos niños que ven a sus profes como hermanos mayores o como un segundo padre y a decir verdad, eso es lo que somos para ellos. Si a nosotros no nos importa qué está pasando dentro de sus cabezas o en sus corazones entonces podemos caer en el error de herirlos o hasta marcarlos de manera negativa.

A cuántos de nosotros no nos tocaron profesores unas mierdas que trataban a sus estudiantes como estúpidos y cuántos no quedarían convencidos de que eran inútiles. Y yo sé que hay por lo menos un profesor que nos haya marcado la vida, que los recordemos con cariño y que sabemos que en nosotros hicieron una diferencia. Esos son los tipo de profesores, en este caso, y finalmente el tipo de personas que debemos ser, los que se preocupan, los que hacen la diferencia.